Los flashes apuntan a Messi y "Chicharito" Hernández; otros buscan, por trayectoria, a Dani Alves o Javier Mascherano, pero pocos se quedan con la foto del ecuatoriano, talentoso mediocampista que, con humildad y sacrificio, se ganó un lugar en la gran final
Crédito foto: EFE
Antonio Valencia, con 25 años, será el primer ecuatoriano que dispute la final de la Liga de Campeones de Europa. Su historia es el reflejo de la perseverancia, que lo llevó a superar una durísima lesión de tibia y peroné producida en septiembre del 2010 y regresar con todos los honores a Old Trafford. Así fue que contribuyó en la obtención del título de la liga inglesa y el pase a la final de la Champions.
El volante del Manchester United llevó adelante una vida marcada por la superación personal. Comenzó a llevar el balón en sus pies en Nueva Loja, una ciudad amazónica cercana a la frontera con Colombia, donde ayudaba a su padre a vender ropa por las calles. En sus ratos de esparcimiento comenzó a practicar en el club Deportivo Caribe Junior, donde hoy lo recuerdan como un niño educado, despierto, inquieto e introvertido.
Esa humilde institución fue la encargada, durante una década, de inculcarle sus valores: el sacrificio y el esfuerzo para llegar a ser alguien en el fútbol. Y le permitió desarrollar sus mejores virtudes dentro del campo para marcharse al equipo capitalino El Nacional, donde despegó como futbolista.
Llegó a Quito en 2001, con 16 años, donde jugó 94 partidos, marcó 11 goles y, tras la conquista de su primer campeonato, se marchó al Viejo Continente. El Villarreal de España, dirigido por el chileno Manuel Pellegrini, le abrió las puertas en 2005. Pero todavía siendo juvenil, quedó relegado en un equipo que comenzaba a crecer en la Liga Española y alcanzaba un hito histórico: las semifinales de la Champions League.
Tan solo tuvo dos partidos para mostrarse en el Submarino Amarillo y decidió partir en busca de continuidad a un club de menor jerarquía en el mismo país. Desembarcó en el Recreativo Huelva y, más tarde, encontró su lugar en el mundo en el Wigan inglés. Allí convirtió siete goles en 89 partidos y cautivó al Sir Alex Ferguson, que en 2009 pidió a los directivos del Manchester United su contratación.
Los Diablos Rojos desembolsaron 20 millones de euros por sus servicios, el fichaje más caro pagado por un ecuatoriano, y desde su llegada, por constancia, entrega y rendimientos dentro del campo se convirtió en un indiscutido dentro del primer equipo. Fue figura en la final de la Carling Cup 2010, su prímer trofeo en Europa; formó parte del once ideal de la Premier League al final de la temporada, y se ganó el cariño de la afición.
Sufrió siguiendo el Mundial de Sudáfrica por televisión, debido a la eliminación de su Ecuador en las Eliminatorias Sudamericanas. Pero su peor noticia del 2010 surgió el 14 de septiembre pasado, en un partido ante el Rangers, por la fase de grupos de la Champions League. Antonio sufrió una grave lesión en su pie izquierdo, fractura doble cerrada de tibia y peroné, y quedó por seis meses fuera de las canchas.
Luego de esa prolongada ausencia, el regreso fue el soñado. En la 32ª fecha de la liga se reencontró con el gol en un partido frente al Fulham. Fue figura en las semifinales de Europa, anotando en el triunfo frente al Schalke 04. Celebró ante el Blackburn su primer título de Premier League. Y en silencio, se ganó una vez más la confianza de Ferguson para representar la bandera ecuatoriana desde el minuto inicial en la final de Londres.
Los titulares del mundo giran en torno a un duelo sensacional entre "La Pulga" Messi y el mexicano "Chicharito" Hernández. Las encuestas se preguntan quién será el primero en convertir en Wembley. Otros apuntan a Wayne Rooney, David Villa, o hasta Andrés Iniesta, autor del gol español en la final del mundo frente a Holanda. Pero Valencia y todo Ecuador sueñan con otro grito latino, ese al que en la previa muy pocos le apuestan.
Fuente: america.infobae.com
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